¿Cómo empieza todo? Con el plano de implantación.
En nuestro caso, dado lo complicada que era la parcela, lo primero fue talar algunos árboles. Luego, volvimos a contactar al equipo que realizó el estudio topográfico para que indicaran con precisión dónde se ubicaría la vivienda.
Aquí es fácil meterse en un buen lío si no se respetan los planos. En nuestro caso, al querer que la vivienda quedara prácticamente en una sola planta, un desvío de solo 30 cm habría supuesto invadir la línea de retranqueo, lo que nos pondría en una situación muy difícil de resolver.
Además, estaban las limitaciones de altura: tampoco podíamos sobrepasarlas. El terreno era un auténtico desafío, lleno de rocas y con inclinaciones en todas direcciones.
Me siento muy orgullosa del equipo técnico y, en especial, del jefe de obra por haber cumplido con todos los retranqueos y alturas en un terreno tan complejo y con un proyecto tan exigente.